Ubicado en Guadalajara, Jalisco, este panteón está lleno de mausoleos que datan desde el siglo XIX. Una de ellas es la del famoso estudiante de medicina que se volvió loco después de visitar el lugar.
Sus orígenes datan de 1786 cuando el Fray Antonio Alcalde tuvo la idea de edificar el camposanto. Ya que en esta época el índice de mortalidad era alto debido a las sequías, el desempleo, el hambre y las enfermedades, explica explore-guadalajara.com.
La idea consistía en construirlo justo a lado del viejo Hospital Civil, en lo que fuera su huerta, pero por la falta de dinero se pospuso la construcción. Así que fue hasta 1843 cuando se pudo terminar bajo el mando del Arquitecto Manuel Gómez Ibarra, quien fue el mismo que edificó las torres de la Catedral de Guadalajara, indica el mencionado sitio.
Fue entonces que en diciembre de 1844 fue inhumado el cadáver del señor Isodoro Gómez Tortolero, cura de Tala, Jalisco, convirtiéndolo en su primer habitante, dice el sitio elvagoescolar.com
El lugar se encontraba divido en dos patios; el primero era para la clase alta o para la gente que tenía para pagar los altos precios de los espacios; el segundo, para el pueblo.
Así que el camposanto estuvo recibiendo cadáveres que salían del vecino hospital durante 50 años, hasta que dejó de dar servicio el 1 de noviembre de 1896, informa eventola.com.
Después de muchos años, el panteón se hizo parte de la Secretaria de Educación y Cultura, anuncia elvagoescolar.com. Por eso ahora tiene las puertas abiertas, pero sólo como un lugar turístico.
La magia de este lugar no sólo se encuentra en su arquitectura, sino en su historia. Se dice que el lugar nunca ha estado solo, lo acompañan todos los espíritus de los cadáveres que lo convirtieron en camposanto. Así que son muchas las leyendas que lo rodean.
Una de ellas es "La tumba de Nachito", hijo de la familia Torres Altamirano, quien tenía una aversión a la oscuridad y a los lugares cerrados. Nachito murió a los pocos años de vida, pero luego de ser enterrado, un velador aseguraba que todas las noches alguien desenterraba la tumba del niño y lo veía sobre la superficie.
Nadie le creía, pero luego de hablar con los padres del fallecido, estos decidieron dejar su tumba a la luz del sol y la luna, con cuatro pilares donde el velador se encargaría de poner antorchas todas las noches, cuenta el sitio kecurioso.com
Así como la historia de este niño que no le gustaba la oscuridad, hay muchas leyendas que viven en el panteón de Belén. Incluso, dicen que es "una puerta a otra dimensión". En este video puedes escuchar hablar de ello hasta el minuto 8:20.
Misterios, fantasmas y una hermosa arquitectura forman el Panteón de Belén. Lugar histórico que no te puedes perder. Y si eres valiente y quieres ser parte de alguna experiencia "fuera de este mundo", tienes que ir a los recorridos nocturnos que se hacen jueves, viernes y sábados a las 20:30, 22:00 y 24:00 horas, con un costo de 50 pesos. Pero si prefieres no arriesgarte tanto, puedes ir a los paseos diurnos que se hacen de martes a viernes a las 10 y 13 horas, de manera gratuita.
Este enigmático lugar lo encuentras en la calle Belén #684, esquina Eulogio Parra. Si quieres mayores informes puedes comunicarte al teléfono 01 (33) 36141978, indica el sitio hoysalgo.com
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